"Transformando el Futuro: Cómo Combatir la Obesidad Infantil para Prevenir Enfermedades Adultas" | El médico de cerca | EL PAÍS
Se ha convertido en la pandemia del siglo en el mundo occidental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El aumento de peso entre niños y adolescentes, un fenómeno que actualmente domina los debates en el ámbito de la salud, presenta cifras y datos alarmantes. A modo de ejemplo, dos datos de distintos enfoques son ilustrativos: en Europa, uno de cada tres niños y uno de cada cuatro adolescentes sufre de obesidad, de acuerdo con la OMS. En España, una significativa proporción de los niños ingiere más del 50% de las calorías diarias recomendadas a través de productos industriales —producto de los cuales recibimos aproximadamente 4.000 impactos publicitarios al año—, según la Fundación Española de la Nutrición. La consecuencia es clara: “Un niño con obesidad enfrenta un alto riesgo de desarrollar patologías en la adultez, tales como diabetes, problemas cardiovasculares o alteraciones en la salud digestiva y de la microbiota intestinal, entre otras”, destaca Miriam Blanco, pediatra especializada en gastroenterología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid). Y aún hay más: cardiopatías, deterioro de la salud ósea y reproductiva, y correlaciones negativas con la salud mental.
Para tratar de revertir un problema tan complejo, Fernando Zárate, especialista del servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Sur (Alcorcón, Madrid) y del Hospital Quirónsalud Toledo, parte de lo accesible, de lo sencillo y cotidiano: informar y diagnosticar. “En general, las familias tienden a considerar que el peso de sus niños es normal. Este desconocimiento sobre el estado de salud de sus hijos es especialmente preocupante. Y salir de esta ignorancia es el primer objetivo para prevenir el desarrollo de las enfermedades crónicas asociadas a la obesidad”.
Según el informe Aladino de 2023, elaborado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y uno de los más prestigiosos en la materia, el 89,1% de los padres con hijos en edad escolar con sobrepeso piensan que estos están en baremos normales. Y les ocurre igual al 48,8% de los padres con hijos con obesidad. “Cuando les comunicamos que hay una anomalía viene la sorpresa. Hay que cambiar esta visión y hacer mucha pedagogía”, añade el doctor.